La inflamación tipo 2 afecta a las personas de distintas maneras, provocando síntomas complicados e impredecibles.

Asma:

Los síntomas del asma, desde tos y sibilancias hasta dificultad para respirar, pueden limitar tu vida diaria. A veces, los ataques de asma los desencadenan partículas en la atmósfera, como el polen, el humo o incluso el ejercicio físico, lo que hace que resulte difícil planificar y desarrollar tus actividades diarias.

¿Has oído alguna vez los términos “alérgico” o “eosinofílico” para describir tu asma? A las personas con estos tipos de asma su enfermedad la causa la inflamación tipo 2.

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Dermatitis atópica (DA):

Si vives con DA (una forma de eccema), seguramente estarás familiarizado con una piel seca y escamosa, así como con erupciones rojas u oscuras que causan un picor intenso y persistente. A muchas personas se las diagnostica con esta enfermedad crónica siendo niños y experimentan síntomas impredecibles durante toda la edad adulta.

Como la DA tiene un impacto tan visible en las personas, muchas de ellas tienen problemas de confianza en sí mismas y de ansiedad. Suelen sentir vergüenza de su enfermedad y esconden quiénes son realmente.

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Rinosinusitis crónica con pólipos nasales (RSCcPN):

Las personas con RSCcPN, también llamados pólipos nasales, tienen crecimientos no cancerosos en sus senos paranasales que les provocan secreciones nasales continuas, dificultad para respirar, dolor facial y congestión. Esto hace que las personas afectadas sientan que siempre están enfermas y parezca que lo están.

Muchas de ellas experimentan una pérdida de olfato, que va más allá de una molestia. Esto provoca que no puedan disfrutar de experiencias cotidianas, como cocinar o salir a cenar, e incluso pueden llegar a sentirse inseguras por no poder detectar peligros como un incendio.

Esofagitis eosinofílica (EoE):

La EoE provoca inflamación y daños al esófago (el conducto que une la boca con el estómago), lo que hace que las personas que la padecen, tengan más dificultad a la hora de tragar. Esto puede provocar falta de apetito, vómitos y, en ocasiones, crisis que requieren hospitalización.
 

Experiencias cotidianas, como salir a comer con otras personas, suelen ser difíciles para quien padece EoE. En ocasiones, las personas con EoE grave deben alimentarse a través de una sonda.


 

Alergia a alimentos:

La sensibilidad a los alérgenos de distintos alimentos, como los cacahuetes, puede causar irritación, congestión, dificultad para respirar, presión en el pecho o en la garganta, e incluso anafilaxis, una reacción que puede resultar mortal.

Si padeces una alergia alimentaria, quizá te resulte familiar lo difícil que puede ser participar en actividades diarias, como comer en un restaurante. Esto puede hacer que el aislamiento y la sensación de ser “diferente” sean incluso más acusados.

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Ha llegado el momento de que puedas disfrutar de más días sintiéndote tú mismo, más allá de tus síntomas. Descubre si la inflamación tipo 2 podría jugar un papel en tu enfermedad y averigua cómo comunicarte mejor con tu médico.